Un podador podaba la parra y otro podador que por allí pasaba le preguntó: Podador que podas la parra. ¿Qué parra podas?
¿Podas mi parra o tu parra podas?
Ni podo tu parra, ni mi parra podo, que podo la parra que podo.


martes, 20 de septiembre de 2011

Para presumir hay que sufrir II

Seguimos con este "placentero" tema:

AVISO IMAGENES FUERTES, ABSTENERSE PERSONAS IMPRESIONABLES

Otra de las modificaciones femeninas impuestas por una sociedad machista es, desgraciadamente, más antigua (empezó en el Antiguo Egipto) y sigue practicándose desde entonces. Hablo de la mutilación de los genitales femeninos, ablación o extirpación de clítoris.

Esta práctica poco menos que barbárica consiste en la extirpación del clítoris a veces acompañada de los labios menores y, en las ocasiones más extremas, de los labios mayores (la llamada infibulación o circuncisión faraónica). No se puede describir de ninguna manera esta práctica tan abominable, que sus seguidores defienden como una manera de mantener la castidad en la mujer, para que sea más pura y tienen la desfachatez de compararla con una operación de fimosis o circuncisión. También tiene la cara de decir que son una disuasión para la violación... Vamos todo "ventajas"...
La extirpación siempre se hace en unas condiciones higiénicas que ni en la guerra y normalmente con una cuchilla sucia, sin anestesia y a niñas de 6 a 10 años. Después de haber retirado toda esa carne se cosen los restos que quedan dejando sólo un pequeño orificio para que pase la orina y el flujo menstrual, con las consiguientes infecciones.
Entre una de sus múltiples "desventajas" están la contracción de infecciones durante la extirpación, durante el "post-operatorio" y el resto de la vida, que, debido a las condiciones sanitarias de los países donde se practica, resulta en una alta tasa de mortalidad.

La mutilación y posterior "costura" de carne provoca que el orificio para el coito sea extremadamente estrecho y como consecuencia provoca un dolor extremo al mantener relaciones sexuales, y, en un 15% no pueden llevar a cabo la penetración en toda su vida.
Las que sí lo consiguen deben valerse de "ayudas" externas. Con "ayudas" me refiero a que el hombre tiene que agrandar el orificio con ayuda de un cuchillo o bisturí, a veces SIEMPRE que mantenga relaciones con su esposa. Esto contribuye a que el coito sea muy doloroso y se haga prácticamente imposible el hecho de experimentar un orgasmo, al menos de forma regular. Y si las relaciones sexuales son dolorosas no hablemos ya del parto... Para el parto es indispensable rajar la apertura de la vulva, porque si no es imposible el alumbramiento.
Desgraciadamente la mutilación genital tiene una tasa de prevalencia hoy en día altísima en países africanos, con 130 millones de víctimas y 3 millones en riesgo al año. La franja central de África tiene una tasa de afectadas de más del 50% y casos más extremos como el 95% en Djubuti (prohibido en 1995), 80% en Egipto (prohibido en 2007), 90% en Eritrea (prohibido en 2007), 90% en Eritrea (no está específicamente prohibido), 85% en Gambia, 98% en Guinea (ilegal y con pena de muerte si la mujer muere), 92% en Mali, 90% en Sierra Leona, 98% en Somalia (ilegal desde 1999), 91% Sudan (sin una ley específica)...
Y eso es simplemente una visual rápida de la situación. Sobre este tema desde mediados de los 90 hay campañas bastante organizadas para evitar esta práctica, aunque, como puede comprobarse, el éxito es cuestionable, no porque no se consigan leyes que lo prohíban sino porque no se cumplen esas leyes.
Waris Dirie (modelo y embajadora especial de la ONU) es una de las mayores activistas en contra de la mutilación, que ella misma sufrió en su juventud y que sus hijas sufrieron en una visita que hicieron para visitar a su familia en Somalia, fundó en Viena la Desert Fundation para dar a conocer el problema e intentar erradicarlo en el mundo.
El principal problema de esta práctica es que está muy arraigada, que las comunidades en las que se practican son muy cerradas y está socialmente muy mal visto el no practicarlo, tanto que la chica no "circuncidada" no puede encontrar marido y su familia es tratada como unos parias.

Los movimientos para erradicarlo son tanto de parte de los gobiernos, como de ONGs, como religiosos: el cristianismo y gran parte del islamismo están en contra de la ablación, pero algunas ramas del islamismo avalan la práctica con la excusa de que Mahoma no la prohibió, sólo especificó "que no se cortara demasiado". A pesar de esto, la mutilación genital se hace, en su mayor parte, entre seguidores de la religión musulmana y animista. Debido a todos estos problemas, la erradicación está todavía muy lejana siendo una de las mayores lacras y atentados contra los derechos fundamentales de la mujer.

2 Emparanoiados:

Estelwen Ancálimë dijo...

La excusa de la castidad aún (al fin y al cabo, es casi imposible tener un orgasmo sin clítoris), pero, ¿defensa contra la violación? ¿A qué cabeza enferma se le ha ocurrido eso? ¿Desde cuándo los hombres violan a las mujeres para que disfruten y dejan de violarlas al ver que no les gusta? ¿Qué es, porque creen que cosidas será tan difícil que lo dejarán estar? Qué hijos de la gran puta... Eso sí, los hombres a follar con todas las que puedan y si se lo pueden permitir, con varias esposas. Qué sociedad tan hipócrita y machista...
Por cierto, me sorprende bastante que la ablación se practicara en el Egipto faraónico, porque justamente la sociedad egipcia era la más avanzada respecto a los derechos de la mujer de toda la Antigüedad. Hubiese sido más lógico que la hicieran, por ejemplo, en la Grecia clásica, donde las mujeres eran básicamente máquinas de carne para criar hijos a las que no se dejaba ni salir de casa.

Arwen Undómiel dijo...

Lo de la violación es símple y llanamente porque es imposible a no ser que las "rajen", y rajarlas, sujetarlas e intentar violarlas supongo que es mucho trabajo y tarda mucho dándole la posibilidad de escapar.
Y lo de Egipto, las fuentes más fiables lo describen en procesos de momificación en su mayor parte y de manera mucho más minoritaria entre víctimas "vivas" y sobre todo a sacerdotisas y esclavas, normalmente no a las mujeres de clase alta.